Sesenta y cinco años contemplan a este notable azulejo de
una de las dolorosas más significativas de la Semana Mayor jerezana. Un tiempo
en el que el cuadro devocional del célebre ceramista sevillano Antonio Kiernam
ha sido participe del progresivo deterioro y la posterior reforma de la no
menos icónica iglesia de San Dionisio.
Precisamente, dentro de las labores de rehabilitación a las
que se está sometiendo a este templo, la Hermandad del Mayor Dolor comunicó
ayer, mediante sus redes sociales, que ya han finalizado los trabajos de
recuperación del citado retablo cerámico, pieza elemental no sólo para el
patrimonio de la corporación, sino para la ciudad en general.
Una actuación en la que, en palabras del arquitecto Miguel
Ángel López (MALBArquitectos) – encargado de la restauración de la parroquia-,
“se ha picado y enfoscado de nuevo el paño con mortero de cal y se ha
recuperado una moldura exterior al azulejo, que estaba perdida”.
En consecuencia, esta intervención viene a confirmar la
importancia de la conservación de unos bienes legados por generaciones pioneras
en el seno de las cofradías jerezanas. Antepasados que, en este caso, tienen
nombre y apellidos, pues en el panel mural puede observarse una inscripción en
la que se señala a los hermanos José Rafael Montes García y Juan Gavira Rivera
como grandes impulsores de la construcción de este mosaico sin el cual, a día
de hoy, no se concebiría la plaza Doctor Revueltas y Montiel.
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